Es un monumento megalítico prehistórico, que consiste en una piedra larga hincada verticalmente en el suelo por uno de sus extremos. En la Cardenchosa se encuentra en una acera del centro de la aldea.
La cronología de este menhir data de finales del Neolítico, conviviendo con el Calcolítico y la Edad del Bronce (milenios V-IV antes de Cristo).

Se desconocen los significados rituales concretos que inspiraron los alzamientos y disposiciones de los menhires neolíticos, formulándose en torno a ellos conjeturas más o menos elaboradas y con mayor o menor rigor científico. Sólo sabemos con seguridad que eran, como otros monumentos similares de la época, construcciones funerarias.

Este menhir es curioso y original por el material usado. Está realizado sobre una fina lancha de piedra de pizarra negra y tiene una altura de 2,5 metros. En su parte superior, se puede apreciar una especie de figura, grabada en relieve y de forma zoomorfa (quizás una salamandra) o, tal vez, un capricho de la piedra formado por el tiempo y la erosión. Alrededor existen piedras graníticas y, quizás, podrían ser los restos de un pequeño crómlech que, con el paso del tiempo, han ido desapareciendo, sobre todo las más pequeñas, reutilizándose en la construcción de las casas que lo rodean. A escasos metros está la iglesia del pueblo.

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